En países como México, las tradiciones son algo muy importante, algo trascendente. Son algo de la vida diaria. Desde el momento en que nos despertamos hasta el que regresamos a la cama después de un arduo día de trabajo. En lo personal, me siento muy orgullosa de ellas. Sin embargo, creo que a veces eso es lo que detiene el crecimiento. En ocasiones la gente es tan cerrada a sus ideas, a sus tradiciones, que no piensa en el otro millón de oportunidades que hay.
¿Por qué digo esto? La situación actual en México sobre el desarrollo de la tecnología, la ciencia, incluso el deporte y el arte, es… devastadora. Lamentablemente no es un país donde se den grandes oportunidades de trabajo en estas áreas, a pesar de su importancia.
0.5%. Este es el porcentaje aproximado del PIB (producto interno bruto) que se destinó este año para el desarrollo de la ciencia y la tecnología, mientras en países como Brasil se destina cerca del 1.2%. Quizá porcentualmente no sea muy grande la diferencia, pero al ver los números podemos notar que se trata de cantidades importantes.Es decepcionante pensar que muchos amigos planean irse del país porque saben que aquí no tienen las oportunidades para desarrollar sus capacidades. Y eso no es por falta de talento, sino porque a veces somos tan cerrados que nos da miedo buscar nuevas opciones, nuevas cosas. La mayoría de los científicos mexicanos están siendo contratados por otros países porque aquí no existe esa importante inversión del Estado.
Sí, las tradiciones son importantes, pero hay que aprender a abrirnos para poder crecer. Hay que dejar de pensar en hacer las cosas como siempre se han hecho, porque es obvio que ese no es el camino que debemos tomar. Nos toca a nosotros tomar un camino distinto y hacer que esta área crezca.
